Corresponsal en València
Ha pasado un año de lo que muchos medios insisten en denominar tragedia a la gran riada del 29 de octubre de 2024, que dejó 229 muertos. Las distintas organizaciones vecinales insisten en llamarla “barrancada”, porque la auténtica tragedia no fue el clima en sí, sino la gestión del Estado.
A lo largo del aniversario, y durante los días previos, se desarrollaron varios eventos. Todos ellos fueron planificados en clave de memoria y duelo, pero también adquirieron un carácter de lucha. Entre los momentos de tristeza los familiares y vecinos afectados, no perdieron la oportunidad de señalar a sus enemigos, demostrando que nada es ajeno a la lucha de clases.
El 24 de octubre, en el barrio de Parque Alcosa (Alfafar), se desarrolló un evento artístico-comunitario para presentar el proyecto de Tamara Sánchez “La Puerta de la Memoria”. El evento estuvo organizado por la Koordinadora de Kolectivos Parke.
El proyecto consistió en una cabina construida con materiales degradados por el fango, los cuales han sido reciclados y decorados de manera colectiva para crear la estructura. La cabina permite adentrarse en narraciones grabadas de los vecinos de diferentes pueblos afectados respondiendo a la pregunta “¿Dónde estabas cuando sonaron las alarmas?”.
Además, durante la jornada se realizó una marcha espontánea por la carretera con acompañamiento musical tradicional valencianos. Estos pararon por lugares importantes para el barrio, como los colegios, la Asociación de Mayores Sol Saliente y la Avenida Mediterráneo. Los cantos sirvieron, a la vez, para rendir homenaje a los vecinos y a los fallecidos en el barrio. Finalmente, se terminó con una gran comida comunitaria donde decenas disfrutaron, compartieron y jugaron. Desde los más peques a los mayores.
El Ayuntamiento de Alfafar presidido por Juan Ramón Adsuara trató de boicotear la jornada como es habitual en el barrio, convocando a posteriori un evento con altavoces que sucedía en la misma plaza a la misma hora. El evento convocado por el Ayuntamiento tuvo una asistencia nula y solo sirvió para ocupar espacio y malgastar dinero público.
Un día después, 25 de octubre, tuvo lugar la tradicional manifestación “Mazón Dimisión”. Esta movilización se convoca el día 29 de cada mes, pero está movió al 25. La Delegación del Gobierno cifra en 50.000 los asistentes, aunque la cantidad real de manifestantes fue mucho mayor.


La masividad de la manifestación puso nerviosas a las fuerzas represivas del Estado, preparadas con cascos y porras para aplastar cualquier intento de combatividad. A pesar de las intimidaciones policiales (como presencia la helicópteros y drones), la movilización finalizó con éxito.
El 29 de octubre, día del aniversario, hubo varias actividades. Al medio día (13:00h), el Acord Social Valencià organizó un acto de memoria que desbordó completamente la Plaça de la Verge. Después se realizó, a modo de marcha, el mismo recorrido que hizo el asesino y enemigo del pueblo Carlos Mazón, mientras la gente se ahogaba (del Ventorro al Palau de la Generalitat). En el acto de memoria, se colocó en el suelo 229 mantas térmicas a modo de metáfora para recordar a los asesinados.

Por la tarde, los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción de los pueblos afectados por la DANA, organizaron una marcha silenciosa por algunos pueblos de l’Horta Sud. Se planificó una marcha desde el sur, comenzando en Albal y pasando por Massanassa, Alfafar y Benetússer. También se planificó una segunda marcha, desde el norte, que saldría desde La Torre. Ambas columnas se encontrarían y entrarían juntas en la Plaça de la Xapa de Benetússer. La movilización fue muy masiva, participando decenas de miles de personas. Los vecinos iban sumándose a medida que las columnas avanzaban en su recorrido.


Al comienzo, la policía cortó solo un carril, previniendo poca gente, pero pronto una masa de personas desbordó todo obligando a cortar la carretera completa. Los vecinos aplaudían desde la ventana, se abrazaban los unos a los otros y se sumaban, preguntando “¿hasta dónde vamos?”. Al final del recorrido, más de 3000 personas entraron en la Plaça de la Xapa en Benetússer. Poco a poco, la plaza quedó abarrotada de gente a pesar de la lluvia y el frío. En ese momento, la marcha silenciosa acabó y comenzaron los cánticos: “El President a Picassent”, “Mazón a la presó”, “Mazón hijo de puta”…
En esos mismos instantes, estaba teniendo lugar el funeral de Estado al que asistió la Casa Real, el Gobierno y el asesino Carlos Mazón, junto con otros altos cargos del gobierno que son también enemigos del pueblo. Esto levantó una ola de indignación.
¿Sería posible que Mazón, en contra del deseo unánime de todas las víctimas, se atreviera a asistir al homenaje? El funeral fue apoyado por una parte importante de los familiares de los fallecidos. Para muchos, el funeral de Estado laico reconocía el dolor sufrido y podría significar un compromiso por parte de las instituciones, las mismas que en su día abandonaron al pueblo. Carlos Mazón insistió en oponerse a la voluntad de las víctimas, y convirtió el momento de duelo en una oportunidad de autobombo y egolatría. ¡Las lágrimas derramadas fueron de rabia! A pesar de que se deseaba un acto tranquilo, las familias no pudieron contenerse y gritaron a Mazón “rata cobarde”, “has matado a nuestros familiares”, “asesino” y “ojalá te hagan un completo como a Rita Barberá”.
El pueblo ha demostrado que no sirven las palabras, sino los hechos. El desprecio del Estado por la vida humana ha sido más que demostrado. La expulsión del Rey, Mazón y Sánchez de Paiporta sigue ardiendo en los corazones del pueblo. El funeral de Estado ha sido un capítulo más del circo parlamentario, una vez más, instrumentalizando el dolor de las víctimas.

