
La heroica resistencia de las guerrilleras palestinas
Equipo editorial de Servir al Pueblo
Las mujeres palestinas viven momentos extraordinariamente difíciles. Están en el punto de mira del ejército sionista invasor, primero, por ser parte del pueblo palestino, segundo, por ser mujeres. A la desnutrición, al hambre, a la tortura, a la mutilación y al asesinato, se añade la prostitución forzada, la violación y todo tipo de vejaciones sexuales.
Pero también, las mujeres palestinas están dando ejemplo a las mujeres oprimidas del mundo con su heroica resistencia. No actúan como los grandes medios de comunicación nos enseñan. No son fantasmas famélicos que esperan su propia muerte, sin ningún tipo de poder de decisión o actuación. Lejos de ser sumisas, las mujeres palestinas están tomando las armas y participando activamente en la Resistencia Palestina.
Nos enseñan que el camino de la mujer proletaria, de las mujeres del pueblo (obreras, campesinas, estudiantes, intelectuales…) es el camino de la resistencia al imperialismo, tomar parte activa en la lucha por un futuro mejor. Enfrentando al enemigo con la fuerza del fusil, si es preciso.
El sadismo patriarcal del sionismo no tiene fin
Por norma general, cuando una o varias potencias imperialistas instauran un régimen colonial en un país, desata todo tipo de crímenes para desatar el terror entre la población, y así prevenir la lucha de liberación nacional. El fascismo es la dictadura terrorista abierta de la burguesía, y esto es precisamente la forma que adopta la ocupación sionista: una dictadura terrorista abierta del ocupante. Tan abierta que se mata, tortura y viola a plena luz del día. Incluso muchas veces, se hace de manera televisada.
Su podrida ideología sionista (fascismo disfrazado de judaísmo) deshumaniza al pueblo palestino de tal forma que se le pueda tratar como animales, al considerarles como infrahumanos. La violencia patriarcal se desata de forma especialmente terrorista y cruel contra las mujeres, ahora deshumanizadas. Para el invasor israelí, está “bien” que se las esterilice, que se las humille y un largo etcétera de crímenes específico contra las mujeres palestinas.
Naciones Unidas, a través de un evento organizado por la UNRWA que llevaba por nombre “La destrucción del sistema sanitario en Palestina: un salvavidas en peligro para mujeres y niñas”, declaró que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres palestinas eran negados continuamente debido a la ocupación.
Con cerca del 95% de la infraestructura sanitaria destruida, las mujeres que sufrían de dolores fuertes de regla y otras enfermedades, no podían recibir analgésicos. Las mujeres embarazadas, debían asumir el dolor del parto y dar a luz en condiciones insalubres con riesgo de infección, tanto para ellas como para el recién nacido. Las embarazadas dan a luz entre las bombas y los escombros, muchas de ellas desnutridas, lo que supondrá graves complicaciones y enfermedades para el recién nacido. En cuanto a las mujeres violadas por los soldados, no tienen derecho efectivo al aborto, no hay medios ni formas de hacerlo seguro. Incluso en el hospital, un aborto puede significar la muerte por infección o pérdida de sangre.

Una médico que participó en este evento, Mimi Syed, explicó el caso de un menor de dos meses de edad, que fue llevado al hospital por su madre cuando esta notó que no se podía mover. El pequeño fue diagnosticado con espina bífida, una enfermedad que afecta la columna vertebral, pero que es prevenible con los nutrientes necesarios que se pueden obtener de la leche materna, pero que debido a la falta de alimentos no se podían conseguir.El invasor ataca premeditadamente a las mujeres y a los niños para reducir el crecimiento de la población. Matando a las mujeres y a los niños, quiere eliminar a generaciones enteras (actuales y venideras) y al futuro mismo de Palestina. Matando a las mujeres, niega su derecho a reproducirse y brindar nuevas generaciones al pueblo. El 19 de febrero de 2024, un grupo de relatores de las Naciones Unidas declararon que “hay pruebas de que se ejecuta aleatoriamente a mujeres, a menudo junto a sus hijos”. En ese mismo informe, se detalla también el sadismo de los sionistas cuando la víctima es una niña: “las mujeres y niñas palestinas detenidas también han sido sometidas a múltiples formas de agresión sexual, como desnudarlas y registrarlas por oficiales varones del ejército israelí, al menos dos detenidas palestinas fueron violadas”.
“La frecuencia, prevalencia y gravedad de los delitos sexuales y de género perpetrados contra los palestinos desde el 7 de octubre en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) indican que formas específicas de violencia sexual y de género (VSG) son parte de los procedimientos operativos de las Fuerzas de Seguridad de Israel (FSI)” declaraba otro informe de junio de 2024, esta vez de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado. Relatores y médicos de las Naciones Unidas declararon que la mayoría de violaciones no se denunciaban por miedo, y que se producían escenas macabras. Un grupo de mujeres palestinas declaró que durante el asalto del Hospital Kamal Adwan (diciembre de 2023) fueron obligadas a vestir con ropa interior y fueron grabadas mientras eran recibían insultos como “puta”. En ese mismo asalto, los israelíes utilizaron perros para mutilar a los discapacitados y enterraron vivas, al menos, a 25 personas.
Debido a la pervivencia del yugo doméstico y a la naturaleza patriarcal de todas las sociedades actuales del mundo, las mujeres están ligadas de manera muy profunda a su familia, especialmente a sus hijos. Es por ello que, en muchos casos, la violencia patriarcal azota también a los hijos de las mujeres que son madres como forma de venganza o tortura psicológica. El ejército sionista lo sabe bien y ataca a los niños palestinos con un doble fin: privar al pueblo palestino de una nueva generación de combatientes, y torturar a las mujeres palestinas. El plan sionista para la infancia palestina es que sufra un infierno en Gaza Según las cifras maquilladas de hambre, tirando por lo bajo, hay más de 54.000 niños y niñas menores de 5 años con desnutrición aguda con falta de alimentos, medicinas y agua. Alrededor de 4.000 niños y niñas han sufrido alguna mutilación. Cerca de 21.000 niños y niñas con discapacidad no tienen atención especializada. El 92% de las escuelas de Gaza han sido destruidas y 18.000 estudiantes han sido asesinados. A estas cifras, hay que sumar los decenas de miles niños y niñas que han quedado huérfanos y sin familia por culpa de la cruzada terrorista.
En lo que respecta a tortura de prisioneros, las mazmorras sionistas son uno de los pozos más oscuros del mundo. La prisión tiene un puesto clave en los planes sionistas de desmoralizar al pueblo palestino. En una entrevista realizada a Dina al-Karami, presa palestina que estuvo año y medio en las mazmorras sionistas, señaló cómo las presas palestinas sufrían abusos sexuales y todo tipo de vejaciones por los torturadores sionistas al-Karami fue violada durante dos días enteros. Cuando fue detenida, se desmayó en repetidas ocasiones camino a la cárcel, fruto de la violencia israelí. Según otro testimonio, esta vez anónimo por miedo a represalias, una mujer palestina de 40 años fue arrestada en Ramallah. Durante su traslado al centro de detención, fue violada por varias personas en el coche. Los soldados introdujeron en el vehículo a un criminal israelí condenado por abusos sexuales, y le dieron vía libre para que el criminal la violase. A pesar de los gritos de auxilio, los soldados no solo no hicieron nada, sino que protegieron el coche para que el violador continuase sin interrupciones. Según la presa palestina, el acto fue tan repugnante que no le salían las palabras.

A parte del asesinato, la tortura y la humillación aleatoria, también hay asesinato selectivo contra mujeres. Las mujeres intelectuales que tienen visibilidad en la prensa internacional son objetivo de los soldados israelíes. Una de estas mujeres era Shireen Abu Akleh, periodista de Al Jazeera por más de 25 años y muy querida en Gaza. En mayo de 2022, mientras cubría una operación del ejército invasor en el campo de refugiados de Jenín, fue asesinada con un disparo a pesar de que llevaba un chaleco que ponía “prensa”. Una investigación independiente de la CNN llegó a la conclusión de que se trató de un asesinato selectivo de Israel. El ejército atacó su funeral, lanzando granadas aturdidoras y cargando con porras a quienes llevaban su ataúd en el hombro mientras salían desde el Hospital de Jerusalén Este. El sadismo sionista quería convertir el funeral en una humillación para el pueblo palestino y que el féretro cayera al suelo.
El infierno se ha desatado en Gaza, pero en Cisjordania, en los territorios ocupados, las mujeres sufren también el acoso de los colonos y los soldados día tras día.
Las Flores de Crisantemo y las primeras guerrilleras palestinas
Los pueblos oprimidos del mundo soportan el peso de tres montañas en sus hombros: el imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad. Pero las mujeres proletarias, las mujeres del pueblo, tienen una cuarta montaña sobre los suyos: el patriarcado. La lucha de las mujeres palestinas contra estas cuatro montañas no es algo nuevo, llevan más de un siglo luchando por la liberación de su pueblo y por su propia emancipación.
En 1947, cuando la ocupación colonial aún la ejercía el mandato británico, y después de presencial el asesinato de un niño de 6 años con un tiro a la cabeza disparado por un colono sionista, las hermanas Marriba y Narinam Khorsid fundaron las Zahrat Al-Uqhuwan (Flores de Crisantemo). Las Flores de Crisantemo fue una organización femenina que nació para la defensa de los derechos democráticos de las mujeres, especialmente el derecho a la educación y a la unidad del pueblo contra el colonialismo. Después de la Nakba, cuando los colonos sionistas asesinaron a miles de palestinos, robaron las tierras y se fundó el Estado de Israel, las Flores de Crisantemo se transformó en una organización femenina armada. Fue la primera vez que en Palestina había una organización específica de mujeres para desarrollar la lucha armada contra el imperialismo y el sionismo.

Entre las acciones llevadas a cabo por las Flores de Crisantemo, se encuentran los ataques a escondites de los milicianos fascistas de Haganá (grupo terrorista sionista) y la participación en la guerra de guerrillas contra la limpieza étnica de 1947 y 1948.
Dicha organización de mujeres fue finalmente disuelta y sus líderes obligadas a exiliarse, pero las Flores de Crisantemo fue solo el principio.
Guerrilleras: el corazón de la revolución palestina
En 1958 se fundó el Movimiento Nacional de Liberación de Palestina, más conocido por el acortamiento de sus siglas: Fatah. Aunque hoy es una organización usurpada por traidores y vendida al sionismo, que lidera el gobierno títere pro-sionista de la falsa Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania, Fatah nació como una organización legítima, una organización político-militar para luchar contra el sionismo. En 1964 se creó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), frente que aspiraría a unir a todas las facciones de la Resistencia Palestina en aquel entonces. Un año después, en 1965, la OLP creó la Unión General de Mujeres Palestinas. También en ese año se fundó la Jam’iyyat In‘Ash al-Usra (Sociedad para el Renacimiento de la Familia) por Samiha Khalil, una organización de mujeres que nació para el cuidado mútuo, y años después acabarían tomando las armas. Khalil se presentó como candidata a las elecciones en 1996 contra Yasser Arafat, acusándole de haber hecho demasiadas concesiones al sionismo en los Acuerdos de Oslo.

En los años 60, cuando los gobiernos reaccionarios árabes fracasaron en su lucha contra el sionismo durante la Guerra de los Seis Días (junio de 1967), el pueblo palestino comprendió que su liberación solo se alcanzaría con su propia organización y lucha. Así, a finales de los 60, hubo una explosión de politización, organización y movilización de nuevas organizaciones políticas y militares. En 1967 nacería el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), de orientación marxista, en el que varias mujeres revolucionarias y antiimperialistas se unirían a sus filas. Leila Khaled fue una guerrillera que combatió en sus filas, y alcanzó la fama al secuestrar dos aviones en los años 70. Poco después el FPLP abandonó la estrategia de secuestrar aviones, y Khaled fue detenida. Finalmente, obtuvo su liberación después de un intercambio de prisioneros.

En los 70 y 80, el florecimiento de la lucha armada llevo consigo una gran politización y mayor incorporación de las mujeres a la Resistencia Palestina, siguiendo el ejemplo de las hermanas Khorsid, de Leila Khaled y de otras tantas guerrilleras.
En 1987 tuvo lugar la Primera Intifada (levantamiento), y las distintas facciones de la Resistencia participaron con sus respectivas secciones o grupos de mujeres. Destaca el ejemplo de Naila Ayesh, importante dirigente femenina del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), que nació como una escisión del FPLP. Los soldados israelíes entraron en su casa en febrero de 1987, cuatro meses antes del estallido, fue llevada a prisión y fue torturada. Los sionistas la torturaron gravemente a pesar de que estaba embarazada, aunque finalmente no perdió a su hijo. Ayesh participó en varias acciones de protesta y organización de mujeres durante la Primera Intifada, entrando y saliendo de prisión varias veces, siendo torturada en todas ellas.
Al calor de la Primera Intifada, Ahmed Yasin fundó el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás en 1987. Desde entonces, la Resistencia Palestina entró en una nueva fase, especialmente en los años 90 y los 2000. Progresivamente, Hamás fue obtiendo el liderazgo de la Resistencia Palestina, y con ello, el liderazgo de sus guerrilleras. Una de ellas es Maryam Farahat, más conocida como Umm Nidal o la “madre de mártires”, participó en las Brigadas de Al-Qassam al igual que sus seis hijos. Cuando murió en 2013, mil palestinos fueron a su funeral aupándola como una heroína nacional palestina. Otra era Fátima Al-Najjar, que se alistó en las Brigadas Al-Qassam en 2004 a los 58 años y participó en varias acciones guerrilleras contra los soldados israelíes. En 2006, rodeada por el enemigo, se llevó a varios por delante mientras moría en combate.

Desde el Diluvio de Al-Aqsa, miles de combatientes de la Resistencia Palestina luchan contra el invasor entre las bombas y los escombros. Las mujeres, igual que hace 80 años, están luchando contra el invasor sionista con las armas en la mano.

